martes, 24 de junio de 2008

Si se puede

Miércoles, son las 18:45 de la tarde, estoy descendiendo por las escaleras de la estación de Asnières sur Seine mientras voy pensando en todo el progreso que puede traer una decisión política de estado tan simple y corriente como es la implantación de un sistema de transporte masivo.


Si bien la primera línea de camino Ferrero del mundo fue inaugurada en 1825 en Inglaterra, en 1823 Francia ya contaba con una línea de tracción animal entre Saint etienne y Andrézieux. De allí en adelante Francia desarrollo una infraestructura férrea impresionante sustentada en la innovación y la tecnología al servicio de los caminos férreos.


En efecto, el tren es un sistema de transporte equitativo, basado en una relación precio / tiempo / capacidad que resulta bastante interesante.


Francia es solo un ejemplo, de confianza en un sector de actividad y de desarrollo de una suma de elementos que propiciaron que esta nación se convirtiera en líder de una industria que algún momento se creyó iba a morir.


Es por esto que hoy quiero hablar de decisiones políticas, de esa suma de elementos que hacen actuar al azar con más seguridad y confianza de triunfo, y cambiar de esta manera el rumbo, no solo de un país o sino de todo un pueblo.


Para empezrar, quiero considerar que significa una decisión. Podría decir sin que muchas personas me lo refuten, que una decisión es lograr un consenso que logra un grupo de personas sobre el camino a tomar sobre un tema específico guardando cuidadosamente la idea de beneficiar al mayor número de personas.


Entonces, si esto es tan evidente, que nos impide progresar? Que nos impide sacar a nuestro pueblo de la miseria en la que se encuentra? Acaso una decisión acertada no sería garantizar la salud y la educación a todos las personas?


Podemos decir que la suerte no nos ha acompañado en muchas épocas, pero llevar cerca de cincuenta años de atraso con respecto a naciones desarrolladas no me parece que sea solamente una cuestión del azar. También podemos decir que somos países pobres y que no hay dinero para llevar a cabo tipo de programas que puedan beneficiar a la gente.


Sin embargo, quisiera presentar esta vez una hipótesis que me ha surgido hace varios años y que me gustaría que la contemplaran. Este desarraigo y falta de convicción de nosotros mismos, no será simplemente un comportamiento que estamos repitiendo desde la conquista?


Acaso no poseemos este tipo de actitudes, como consecuencia de lo que nos dejaron los españoles luego de su proceso de colonización? Pienso que somos la consecuencia del caos que sembraron los españoles y por eso pisoteamos lo que nos pertenece. Considero también que por esta razón no nos consideramos indígenas, es más le damos a ellos la posición más baja dentro de la escala social incluso hoy.


Mi idea es que tomemos primero la decisión de invertir esta posición, no me malinterpreten, la idea no es usar de nuevo taparrabos, sino comenzar a valorar nuestro países, creer, tener confianza, darle a nuestros ancestros el verdadero lugar que se merecen.


Por último, me parece que hay proyectos bien hechos, pero debemos transportar la excelencia a todos los niveles y no dejarlos solamente como casos aislados. En Latinoamérica existen proyectos de transportes modernos y bien organizados, y que solamente serán propagados si transmitimos una nueva escala de valores en todos los niveles y jerarquías.

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